Siempre me he tenido por una persona poco dogmatica, tendente a la comprensión a evitar el conflicto a favorecer la comunicación y la felicidad de los demás y hoy me he visto diciendo a una buena persona, que no quería hacerle algo, que no quería pintar un numero en SU correa, que me parecía una gilipollez…
Aun no me lo creo, de vez en cuanto me dan estos vientos…
He ido haciendo las fotos de su correa desde que la corte hasta ahora para poder ponerlas en el blog, le he avisado que puede que no fuese como el esperaba, que tal que cual y me pregunta que si la correa iba a llevar el famoso 74 a lo que “con un par” le contesto que no, que yo no hago esas cosa ( que digno) y me contesta, que no me preocupe, que el tiene un pirograbador y lo hará el en su casa.
No he podido mas, he dejado todo lo que tenia que hacer y le he escrito el 74, que es el año de su nacimiento, en la correa y luego le he hecho otra para que si le apetece la lleve sin nada o si quiere pirograbarlo lo haga con tranquilidad.
Os he ido intercalando este texto entre las fotos del proceso de la correa del amigo Juan, desde el corte de las tiras, el pegado, los agujeros ya taladrados y las partes posteriores que por mas que lo intente nunca quedan bien hasta el cosido y las dos partes largas de la correa con el 74, que tiene truco, dado que el numero va en la parte corta, de manera que nadie lo veria, y … entonces que gracia tiene?
Juan, esta entrada va por ti, con mis disculpas más sinceras, un abrazo.
Ahora el final de la historia...
Pues te ha quedado una preciosidad. Enhorabuena
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