Quique es un gentleman, eso es indudable. Por ello no es de
extrañar que me pidiera una funda de viaje para su maquinilla de afeitar clásica.
La verdad es que me asuste un poco al aceptar el encargo
pero creo que solo los retos te llevan a mejorar.
Lo primero, elegir la piel…
Tuve que moldear las tiras de cuero en mojado para que
adoptasen la forma que deseaba y me costó un poco más de lo que hubiera deseado,
pero al final…
Presentar las piezas y los accesorios...
¡Y esto es lo que ha resultado, espero que os guste, a
Quique si le pareció adecuada!!
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